Texto Bíblico: Romanos 15
Vivimos una época en la que debemos
elaborar nuestro currículum vitae ya sea para encontrar una plaza de trabajo o,
porque en nuestros lugares de trabajo nos solicitan una actualización del
mismo.
En la web ofrecen una diversidad de
formatos para así dar una mejor imagen en el puesto que deseamos aplicar,
incluso, en las empresas o centros educativos saben ofrecer sus propios
formatos, listos para ser llenados con nuestra experiencia académica.
Pero, allí no queda todo, ya que una vez
encontrado el formato ideal, debemos armarnos de paciencia y hacer uso de
nuestra buena memoria para no dejar en el olvido ningún aspecto académico o
experiencial que nos permita ganar puntos ante los futuros jefes. Una vez
enviada la carpeta al lugar donde apliquemos, un grupo de expertos revisará
muchísimos perfiles y, sólo ingresarán aquellos que signifiquen un aporte
valioso para la empresa, centro educativo, etc.
Recordando esta experiencia personal de
enviar curriculum vitae para aplicar a un puesto laboral, me di cuenta que
ningún formato de los que he llenado incluye un apartado para las cualidades
personales del aplicante. ¿Acaso no son importantes?, ¿son irrelevantes?, ¿no
entran en la experiencia de vida y academia del trabajador?
Así, llegando a Romanos capítulo 15,
observo cómo el apóstol Pablo menciona algunas cualidades de Dios, elaborando
un curriculum vitae de Él muy interesante. De esta manera, Pablo habla de un
Dios de: paciencia, consolación, esperanza y paz. Este es un currículum que puede parecer muy breve, poco atractivo pero, es extremadamente importante para la
vida del cristiano.
Sólo pensemos cuántas veces en nuestro
trabajo hemos necesitado de la paciencia para relacionarnos con los demás;
cuántas veces hemos consolado y llenado de esperanza en nuestro entorno
laboral; cuántas veces hemos sido agentes de paz en medio de conflictos
laborales.
Si bien es cierto, que en los formatos de
currículum vitae no hay un espacio para estos aspectos espirituales; pero, si
como hijos de Dios queremos ser realmente útiles en nuestros puestos de trabajo,
debemos clamar a Él para que cada día esas cualidades divinas llenen nuestras
mentes y corazones.
Así, nuestro currículum podrá llevar de
manera implícita lo siguiente:
1.
La paciencia, para relacionarnos bien con los
colegas, así como Dios tiene paciencia con nosotros.
2.
La consolación, para consolar a otros de la
manera que Cristo nos consuela en nuestras tribulaciones.
3.
La esperanza, para fortalecer y dar ánimo en
Cristo y no desmayar en las actividades que se nos asignan.
4.
La paz, para aplicarlas en medio de los
conflictos laborales, tan comunes hoy en día.
Finalmente, procuremos que estas
cualidades divinas sean las que primen en nuestras vidas, ya que las mismas son
las que darán valor y sustento a nuestra experiencia laboral y preparación
académica.
“Toda la Escritura es inspirada por Dios,
y útil para enseñar, para
redargüir, para corregir,
para instruir en justicia, a fin
de que el hombre de Dios sea perfecto,
enteramente preparado para toda buena
obra.”
(2 Timoteo 3:16-17)
No hay comentarios:
Publicar un comentario